Viajar

Alrededor del año 2000 descubrí realmente lo que era viajar, más que desplazarse de un lugar a otro con intenciones de descanso, deleite, estudio o trabajo, los viajes implican una experiencia de comunión con uno mismo, son capaces de revalidar o echar por tierra las convicciones acerca de cómo cada uno lleva su vida, qué se planea para el futuro, y por sobre todo, si eso que se planea tanto y que nos esforzamos en lograr es realmente lo que nos hace felices o completos.
En un viaje de una semana se llega a veces a aprender más que en toda la vida antes de éste, la idea de enfrentarnos a algo que puede golpearnos o despertarnos repentinamente suele ser aterradora a veces, pero aquello que nos revela es inevitablemente ineludible; Mientras más distinto de nuestra vida cotidiana, más reveladora es la experiencia a la que nos sometemos, la vida es muy diferente cuando poseemos concientemente algo que ni siquiera sabíamos que necesitabamos, que a pesar de estar satisfechos por haberlo descubierto, no podemos conformarnos con dejarlo atràs a tan poco tiempo de encontrarlo, es este punto de quiebre el que nos hace volver diferentes de los viajes, más viejos, es como descubrir que una palabra que has usado toda tu vida tiene un homónimo que logra describir tu yo interior, co o si este significado te hiciese intentar no malgastar su sentido de la forma que ignorantemente lo hiciste antes de saberlo.
Los viajes son más peligrosos para el alma que para el cuerpo, pero a ratos necesitamos un cambio al alma, cuando sentimos que algo le falta, que no es perfecta y que a veces es una mala copia del kitsch de nuestra vida. Es en este momento en que podemos esperar cualquier cosa que venga a remover fantasmas y a renovar o restaurar el espíritu, pero al fin y al cabo, estamos entrando en un taller del cual no sabemos como saldremos, pero al fin y al cabo, hay que atreverse a la vida, a viajar río abajo, porque es preferible ver cambios vertiginosos que quedarnos a la vera del camino para ver como se van quedando atràs los fragmentos y apenas nos enteramos que somos sólo una imagen del segundo anterior.


Y bueno, que mas decirle a Nat (a Nat R), que aunque se le extrañen estos 8 meses, se comparte la dicha de las oportunidades que le da la vida, y que a disfrutar el vértigo de vivir en una temporada lo que no se ha vivido en 10 años.


Un abrazo fuerte a través del atlántico
Nat S.






Bueno, este video no tiene mucho que ver copn viajar, mas bien con mirar hacia el interior y rendirse cuentas, pero es una instantànea mia ahora ya.